El animal estaba situado a la entrada del
pueblo, esa era una discusión que había llevado largas reuniones en el pleno
del ayuntamiento, decidir si ese emplazamiento era la entrada del pueblo o la
salida del mismo. Los que vivían más cerca de ese punto siempre habían
defendido que evidentemente esa era la entrada, sin embargo los que vivían en
el otro extremo, contrarios a esa máxima aseguraban que la entrada estaba en
efecto justo donde ellos residían. Coincidía además que en el límite opuesto
donde se encontraba el animal estaba el vertedero y finalmente el ayuntamiento
decidió que la entrada de la villa no podía, de ninguna de las maneras, estar
situada junto a un basural, así que prometiendo un rebaje en los impuestos a
los habitantes de ese lugar se decidió colocar la entrada del pueblo en el otro
extremo. Así que se puede decir con total seguridad, y así lo ampara la
decisión administrativa, que el enorme animal se encontraba en la entrada del
pueblo.