jueves, 7 de noviembre de 2013

PÁGINA EN BLANCO

Maldita página en blanco, maldita, maldita…
Tengo que escribir algo, llevo dos horas delante de este odioso papel y nada, nada de nada. Tengo que escribir, ¿Pero qué?, ¿Sobre qué? Un sueño, debo recordar un sueño, una pesadilla o un sueño, eso debería servir. Sueño con volar, no es una afirmación, es una pregunta, ¿Sueño con volar? Seguro que cuando era joven soñaba con volar, seguro, pero ahora, ahora no sueño, ni un recuerdo nocturno, ni una sombra, nada.

No puede ser, dicen que todo el mundo sueña y yo estoy dentro de ese grupo, dentro de todo el mundo. ¿Por qué no sueño?, ¿Dónde están mis sueños? No los recuerdo y necesito recordarlos, necesito escribir algo. Tengo que recordar algo, ¿Cómo se hace para acordarse?, Tiene que existir alguna forma, alguna técnica, algo zen o qué se yo. Borges recordaba siempre sus sueños, ya, pero yo no soy Borges. Ni siquiera soy esa clase de tipos que recuerdan sus sueños, no soy nada.
Como un pimiento rojo, crudo, da igual, crudo nomás. La revista dice que es un alimento rico en vitamina b6 y la vitamina b6 sirve para recordar los sueños, me como el pimiento y me voy a dormir, dos horas frente a esta hoja en blanco y nada, dos horas perdidas y a dormir, un pimiento y a dormir.
Una enorme sala de paredes blancas, de suelo embaldosado blanco, una mesa blanca y una silla blanca. Papel y lápiz. Ese es mi sueño, el más absoluto silencio y una maldita página en blanco, eso sueño, no sirvo ni para soñar. Otra vez despierto, de nuevo frente a la improductividad, ante el sopor, ahora tengo un sueño y no sirve para nada, para un carajo.
“Estaba solo en casa…” escribo eso, no me gusta, tacho. “Érase una vez…”, horrible. “En un reino muy lejano…” ¿Qué es esto?, ¿Esto es todo lo que puedo hacer? Tantos años para esto… Me cago en mí. Yo aquí estrujándome el cerebro y ellos comiendo helado, que cojones, comiendo helado y yo castigado, en mi propia casa con el sabor del pimiento en la lengua y ellos un heladito de pistacho o chocolate, ya reventarán. Pero aquí manda mi mujer, yo no pinto nada, ni pinto ni escribo… Yo también quiero helado. ¿Por qué estoy haciendo esto? Yo soy adulto, soy dueño de mis actos, me han castigado mi mujer y mi hijo, un mocoso me ha señalado con el dedo y me ha dicho” Lo escribes y punto”, mocoso maldito, es igual que su madre, enano y maligno.
Todo por una maldita apuesta, la próxima vez no caigo… ¡Ya lo sé! REDACCIÓN, TEMA: LA VACA. Se va a enterar, ahora sabrá lo que es bueno, quedará como un memo, con doce años y presentando redacciones de animalitos de granja, así aprenderá a no apostarse los deberes con su padre.

La vaca come pasto y da rica leche….

No hay comentarios:

Publicar un comentario